Hace algún tiempo he tenido esta idea rondando mi cabeza: escribir sobre liderazgo. Y no es que me considere un gurú del liderazgo, pero creo que en mi propia historia hay algo de valor para compartir sobre los retos del liderazgo. De corazón de programador con algo de talento – eso quiero creer – pasé a fundar y dirigir compañías, emprender, y liderar organizaciones sin ánimo de lucro. Algo inesperado si consideramos que desde muy pequeño sentí una profunda pasión por la programación y mi elección de carrera fue, por decir lo menos, extremadamente simple.
Hace poco menos de diez años fundé una firma de consultoría con mi esposa – debo aclarar que ella siempre ha estado a la cabeza y yo, como era de esperarse, siempre le he hecho caso. Con relativo éxito logramos sortear el hecho de que ninguno de los dos sabía nada de gestionar una empresa.
Sin embargo, la vida no siempre es como la planeamos y luego de un par de golpes inesperados y algunos retos familiares y personales, redefinimos nuestra dinámica. Es así como hace poco más de 15 meses me comprometí con el reto de ayudar a aterrizar a una firma de consultoría británica en Colombia.
Debo admitir que el reto ha sido maravilloso. Hoy somos un poco más de 150 en el equipo y, aún en un año difícil para la industria de los servicios de tecnología, la compañía continúa con paso firme su estrategia de crecimiento de la operación en Colombia, con fuerte presencia en Bogotá, Medellín y Cali. Hoy estamos inmersos en la aventura de diseñar, construir y abrir nuestra primera oficina propia. Solo hay grandes retos y expectativas sobre el futuro. Nada mal para un programador de corazón que poco o nada entendía de emprender, liderar y los retos de la gestión.
Inesperado camino hacia el liderazgo
Hablar de liderazgo es complejo porque la teoría no funciona como las ciencias exactas – lees sobre la suma matemática y puedes sumar con algunos ejercicios. Lees sobre redacción y estas en completa libertad de escribir y ensayar lo aprendido. Pero para liderar, necesitas seguidores. Por definición el líder es aquel que cuenta con seguidores. No es como ir al supermercado y comprar una docena de seguidores. Las personas siguen a un líder en circunstancias particulares donde le es posible liderar. Es como el amor, lo puedes dar, pero no lo puedes exigir.
De programador a director general de operaciones
Esta idea de escribir sobre liderazgo y los retos asociados al rol del líder los comparto desde mi trayectoria personal. En resumen, soy un hombre de familia, amante de la programación. Incluso a la fecha, cuando se presenta la oportunidad – y puedo aportar y no estorbar – tiro algo de código, despliego contenedores en la nube y completo algunos archivos de comandos para automatizar o simplificar tareas de operación y monitoreo – larga vida a la infraestructura como código.
Lejos de ser un experto o genio de la computación, programar para mí es como montar bicicleta, nunca se olvida. Solo debes practicar de cuando en vez. Seguro existen nuevos y más eficientes métodos para programar o resolver problemas. En mi caso, no es el lenguaje o la tecnología específica, más bien la capacidad de interpretar la necesidad, evaluar los recursos disponibles y armar el rompecabezas para resolver la necesidad o aprovechar la oportunidad.
Enseñar y aprender más para enseñar
Temprano en mi vida adulta, con la única intención de ampliar mis horizontes sociales, empecé a trabajar en la universidad como asistente de docencia (monitor de clase) e incluso a dictar algunas clases privadas a otros estudiantes. En el camino, lejos de ampliar mucho mis horizontes, hacer nuevos amigos, me enamoré. Me enamoré con profundidad e intensidad, un amor pasional, parecido al que siento por la programación, pero más maduro. Me enamoré perdidamente de la labor docente.
Aún sin completar mi carrera profesional, empecé a dictar clase y algunos cursos particulares a empresas. A la fecha llevo más de 20 años enseñando y, por lo que sé, lo hago bastante bien – lo dejo a los comentarios si alguno que lee este artículo tiene algo que compartir.
Esa mezcla inesperada de programador de perfil muy técnico y mi deseo de hacer que otros comprendan lo que intento explicar me llevó en mi vida laboral a asumir rápidamente posiciones de dirección y gestión. Asumí roles tan diversos como gerente de cuenta, gerente de proyecto, director de programas, jefe de portafolio y otros similares – con nombres tal vez más atractivos como Delivery Wizard o Project Magician.
Lo que no te dicen del liderazgo es que, entre mejor lo haces, más complejo es el reto. ¿Qué sentido tiene usar al mejor cirujano o al procedimiento más simple? Puede pasar, pero casi siempre buscas un reto a la altura del retador. Alguna vez alguien me dijo: este proyecto es como escalar el Everest… pero descalzo.
La decisión de liderar en el momento oportuno
El liderazgo no es algo que se decide, como el amor, solo sucede. Cuando llega cada persona decide si aceptar o huir. También decide si disfruta el proceso, o lo sufre. Con el liderazgo se presenta una oportunidad, se da el espacio que otros conceden y entonces se debe decidir si ejercer o huir, recuerda que el líder solo existe porque hay personas dispuestas a seguirlo.
Y quiero aclarar que no soy una suerte de hacedor de milagros y que jamás he sufrido una derrota o aceptado un fracaso. El aprendizaje también viene en forma de equivocaciones y fracasos. No en vano John C. Maxwell nombró uno de sus célebres libros «A veces se gana, a veces se aprende«. Aceptar el reto del liderazgo también nos expone al fracaso.
¿Alguna vez has logrado algo, llegado a un destino, o incluso fracasado pensando que has sido afortunado por el equipo o las personas que te acompañaron? Y tal vez es eso, intangible, difícil de cuantificar y más difícil de señalar lo que me tiene en una posición inesperada, lejos de aquello que soñé cuando aprendía a programar. Muchas veces, con muchas personas, puedo decir que el camino, el andar junto a ellas fue maravilloso.
Muchos retos para el líder
Desde luego que para hablar de los retos del liderazgo se puede escribir sobre algunas cosas básicas como la importancia de tener una visión, lo esencial de saber comunicar, y muchas otras habilidades blandas y críticas. Sin embargo, este artículo es sobre algo más simple que pasamos por alto. Así que hablemos del reto del liderazgo contemplando el rol de los seguidores – en este caso el equipo de personas que te acompaña.
1. el reto de jugar en equipo
Si has trabajado con programadores y personas de perfil muy técnico, sabes que no somos los mejores jugadores en equipo del planeta. Muchos de nosotros disfrutamos el trabajo individual, lejos de los demás y de la variabilidad del ser humano, de sus cambios de humor. Siempre comparto en mis sesiones que debió ser programador quien inventó los auriculares con cancelación de ruido, y que de seguro ese grupo es gran parte del mercado de dicha industria – muy de cerca de los músicos y audiófilos.
Así que el primer gran reto del liderazgo es aceptar que para llegar lejos debes trabajar en equipo y que no siempre llegar rápido es lo más importante. Admito que aún me cuesta equilibrar mi programador interior con mi rol.
2. el reto del consumo de energía al liderar
Cuando eres ingeniero, como yo, eres educado para hacer, para construir, para liderar con el ejemplo. Pero el liderazgo consume energía. Y liderar con el ejemplo es la manera más corta y limitada de liderazgo. El liderazgo es, para muchos, inspiración y compromiso, es hacer y mostrar a los demás como hacer, pero no siempre son lo mismo. Por ejemplo, en el fútbol el mejor director técnico no es necesariamente quien fue el mejor jugador. Tampoco el líder debe ser el mejor en todo, pero si debe ser bueno para sacar a relucir y aprovechar lo mejor de los demás. El ejemplo, no es necesariamente hacer.
Comencé diciendo que el liderazgo es la proyección del ser. El liderazgo más exitoso es el natural y honesto. El liderazgo exitoso es donde el líder es quien es y los seguidores lo valoran por eso. Eso no significa que todos los líderes sean iguales, o que exista una «manera correcta de ser». Encontrarás ejemplos de líderes – y millones de seguidores – que nos avergüenzan al leer libros de historia. Pero no por eso no fueron líderes y sus seguidores no existieron.
Liderar requiere energía. A diferencia de un cargo, el liderazgo puede transferirse y compartirse. Aprender a compartir y distribuir ese consumo de energía no es simple. A veces compite con el ego y la idea de que liderar es dirigir, comandar o hacer. Debes conocerte a ti mismo y aprender qué tipo de líder eres o quieres ser.
3. el reto de aceptar que el éxito es solo posible gracias a los demás
El líder solo es exitoso gracias a los demás. Son los seguidores de un líder los que construyen las grandes empresas, transforman sociedades y mueven el mundo. Los líderes inspiran, motivan, y movilizan. Pero pocas veces también «hacen». Amamos los líderes famosos, personas que aparecen en las portadas de las revistas y nos gusta pensar que el éxito de aquellos lideres es individual, que son ellos quienes hacen la diferencia. Nada más alejado de la realidad. Aceptar que el verdadero protagonismo en el camino de liderar es siempre del equipo es una tarea titánica para el ego.
Nelson Mandela resumió muy bien este reto en su célebre frase:
Lo más complejo del liderazgo
No me cabe duda de que hablar de liderazgo requiere varios artículos y seguramente se han escrito muchos libros. ¿Debería escribir uno? ¿Será que mi camino es digno de escribirse y compartirse en un libro? No lo sé, tal vez – ya estoy terminando y divagando. Pero admito que aún hoy me siento programador, ejerzo como director general y me apasiono con enseñar.
El liderazgo es algo que sucede a través de lo que eres. Si eres una persona directa y de carácter fuerte, serás percibida como un líder comandante. Si, por el contrario, eres una persona amigable y cercana, te percibirán como una líder amable y a veces débil para algunos. Ambos modelos de liderazgo tienen pros y contras. No hay uno mejor que otro. En ese sentido hablaríamos de efectividad: ¿qué tan efectivo es tu estilo de liderazgo en la situación particular en la que te encuentras? ¿podrías modularlo o adaptarlo?
Ahi está el reto más complejo de liderar, ser un líder flexible y adaptable que comprende que rol jugar en el momento oportuno. Apropiar esa flexibilidad sin abandonar tu propia naturaleza, lo que eres y lo que deseas para vos y los demás.